Lectura Orante de Juan 8, 1-11
Soltando piedras
Lecturas: Is 43, 16-21, Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 3), Fil 3, 8-14, Juan 8, 1-11
Oración para disponer
el corazón: Salmo 119 (Elogio de la Palabra)
Dichoso el que, con una
vida coherente y fiel,
camina en la voluntad del
Señor;
dichoso el que, guardando
su Palabra,el que, sin cometer injusticias,
anda por sus senderos.
Tú revelas tu
Evangelio
para que ponga mis pies
en las huellas que me traza.
Ojalá esté firme mi camino,
para abrazar y realizar tu proyecto sobre mí,
y no me desvíe tras otras palabras
y otros maestros que no conducen a la Vida.
Te alabaré con sincero
corazón
cuando aprenda tu único
mandamiento:el mandamiento antiguo y nuevo del Amor sin límites.
Quiero guardar tu Palabra en mi corazón,
como María, y rumiarla en
mi interior día y noche.
Tú, Señor, no me
abandones.
Asísteme con el don de tu
Espíritu,para que tu Palabra se haga carne en mi carne,
en gestos y palabras cotidianas.
¿Cómo podrá alguien andar
honestamente?
Viviendo tu
Evangelio.Te busco con sincero corazón,
no consientas que me desvíe de tu senda.
En mi corazón escondo tus consejos,
así no me alejaré de ti ni te daré la espalda.
Bendito eres,
Señor!
Pon, como un sello en mi
corazón,la Buena Noticia de tu misericordia.
Mis labios van
enumerando
las bienaventuranzas, que
son la puerta de tu Reino;
mi alegría es la vida
hermosa que nos has mostrado,
más valiosa y deseable que
todas las riquezas.Lectura del profeta Isaías 43,16-21
Así dice el Señor, que te
abrió camino en el mar
y senda en las aguas
impetuosas;
que sacó a batalla carros y
caballos,
tropa con sus
valientes:
caían para no
levantarse,
se apagaron como mecha que
se extingue.
No recordéis lo de
antaño,
no penséis en lo
antiguo;
mirad que realizo algo
nuevo;
ya está brotando, ¿no lo
notáis?
Abriré un camino por el
desierto,
ríos en el
yermo;
me glorificarán las bestias
del campo,
chacales y
avestruces,
porque ofreceré agua en el
desierto,
ríos en el
yermo,
para apagar la sed de mi
pueblo, de mi escogido,
el pueblo que yo
formé,
para que proclamara mi
alabanza.
...................................................
Juan
8,1-11
![]() |
La mujer adúltera, Antonio José
da Silveira (ilustración de El rostro femenino de Dios, Benjamín González Buelta, sj) |
En aquel tiempo, Jesús se
retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y
todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos
le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le
dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley
de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?». Le preguntaban
esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con
el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El
que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». E inclinándose otra vez,
siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando
por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí
delante.
Jesús se incorporó y le
preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?». Ella
contestó: «Ninguno, Señor». Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en
adelante no peques más».
CUANDO LEAS
- Cuando leas el pasaje de
Isaías, ten en cuenta el momento en que el profeta escribió este texto tan
hermoso: fue durante el tiempo en que el pueblo de Israel estaba desterrado en
Babilonia, muy lejos de su tierra y en manos de un imperio opresor (Babilonia).
En esa situación, Israel se acuerda de los tiempos pasados, de aquel episodio de
su historia en que Dios los sacó de la esclavitud de Egipto. La primera estrofa
de la lectura hace alusión al paso del Mar Rojo, cuando el Señor les preparó un
camino o una senda por el mar, que se abrió en dos para dejarles pasar. Y alude
también al desastre que sufrió el ejército egipcio en su persecución.
- Israel recuerda aquella
liberación con nostalgia, pero el profeta les dice que lo mismo que Dios obró
esas maravillas en el pasado, lo hará ahora y aún mayores. Por eso les dice:
“No recordéis lo de antaño... mirad que hago algo nuevo. Ya está brotando,
¿no lo notáis?”. Dios está ideando un modo de salvar a su pueblo y
conducirlo de nuevo a su tierra, a través de un desierto en el que se abrirán
caminos y quedará convertido en un manantial para dar de beber a su pueblo.
Porque para Dios nada hay imposible.
- ¿Por qué la liturgia
habrá escogido este texto en relación al relato de Juan 8,1-11? Se me
ocurren varias posibilidades:
- Porque alguien que carga
y arrastra una antigua identidad no deseada (porque no se ajusta a lo que
realmente es, porque se ha perdido, porque se ve arrastrado por inercias que no
quiere… ) va a ser renovado enteramente.
- Porque Dios hará “algo
nuevo”, le dará un nombre nuevo, lo hará todo nuevo en aquel ser que había
perdido la frescura, la inocencia primera, la
integridad…
- Porque Dios pondrá
liberación y libertad en esa situación de esclavitud. Pondrá agua donde hay sed.
Pondrá camino donde no se acierta a ver ningún camino, mostrará una salida donde
no se ve salida alguna…
Eso tienen en común Israel
y la mujer adúltera.
Hay un texto de
Ezequiel, mucho más duro y explícito, que nos puede ayudar a comprender
mejor la situación interior de Israel y la mujer, y también el alcance de la
actuación de Dios. Como si cuando Dios libera, restaura y
perdona…
- el viejo se volviera niño
(Nicodemo…),
- la prostituta, una mujer
capaz de un inmenso amor (Lc 7, 36-50),
- la adúltera, una esposa
fiel,
- el discípulo que niega al
Maestro, un discípulo capaz de morir con su Maestro (Juan 21,15-19),
- el publicano ladrón, un
hombre generoso y desprendido (Lc 19,1-10),
- la mujer poseída por
siete demonios, la mujer más libre del mundo para seguir y anunciar a Jesús (Mc
16,9-11; Lc 8,2)…
Ezequiel 16,
30
30 ¡Oh, qué débil era
tu corazón - oráculo del Señor Yahveh - para cometer todas estas acciones,
dignas de una prostituta descarada!
31 Cuando te construías
un prostíbulo a la cabecera de todo camino, cuando te hacías una altura en todas
las plazas, despreciando el salario, no eras como la prostituta. 32
La mujer adúltera, en lugar de su marido, toma ajenos. 33 A toda
prostituta se le da un regalo. Tú, en cambio, dabas regalos a todos tus amantes,
y los atraías con mercedes para que vinieran a ti de los alrededores y se
prestasen a tus prostituciones. 34 Contigo ha pasado en tus
prostituciones al revés que con las otras mujeres; nadie andaba solicitando
detrás de ti; eras tú la que pagabas, y no se te pagaba: ¡ha sido al
revés!
35 Pues bien,
prostituta, escucha la palabra de Yahveh (…)
53 Yo… te restableceré
a ti… 60 … yo me acordaré de mi alianza contigo en los días de tu
juventud, y estableceré en tu favor una alianza eterna.
61 Y tú te acordarás de
tu conducta y te avergonzarás de ella (…)
62 Yo mismo
restableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy Yahveh, 63 para
que te acuerdes y te avergüences y no oses más abrir la boca de vergüenza,
cuando yo te haya perdonado todo lo que has hecho, oráculo del Señor
Yahveh.
CUANDO
MEDITES
- Hoy, tú eres Israel. ¿Qué
te oprime o te esclaviza? ¿Qué te preocupa o te agobia? ¿Qué “desiertos” y
“sequías” amenazan tu vida?
- Trae a la memoria
episodios de tu vida en que Dios te ha liberado, salvado, cuidado... ¿Crees que
Dios puede salvarte hoy? ¿Crees en “el Dios de los imposibles”? ¿Crees que Dios
es capaz de recrear toda la realidad, incluida toda tu persona, librándote de
tus esclavitudes?
- En el evangelio de
Juan encontramos a una mujer sorprendida en adulterio. Una vez más, como en
otros casos, vemos a los fariseos y escribas confrontados con Jesús: ellos,
dispuestos a acusar, juzgar y condenar; Él, compasivo, dispuesto a
perdonar.
- Por grande que sea tu
pecado, Dios te perdona y anima a estrenar una vida nueva: “Tampoco yo te
condeno. Anda y, en adelante, no peques más”. ¿Crees que Dios perdona todas
tus culpas, por graves que sean? ¿Crees que Él te hace nuevo/a cada vez que te
equivocas, cada vez que tropiezas, cada vez que lo niegas, cada vez que haces
daño a otros, cada vez que te autoagredes, cada vez que te sientes incapaz de
amar...?
- ¿Has experimentado alguna
vez cómo el perdón y la paciencia de alguien que te ama, te han levantado de tu
caída, de tu error y ha sanado tus heridas interiores?
- ¿Cómo es tu actitud
espontánea ante el prójimo: de juicio o de misericordia?
CUANDO
ORES
1. Salmo 103
(adaptado)
- Bendito seas, Jesús, Dios
de misericordia infinita,
imagen del Padre,
encarnación de su bondad.
Desde el fondo de mi ser te
bendigo, Señor,
y recuerdo siempre tus
muchos beneficios.
- Bendito seas Tú, que
perdonas todas mis culpas
y sanas todas mis
enfermedades.
Bendito seas Tú, que
rescatas mi vida de la infelicidad,
del desánimo y la
desesperanza,
y saturas de bienes mi
existencia.
- Bendito seas, Jesús,
misericordioso y cercano.
Como se alzan los cielos
por encima de la tierra,
así de alto e inmenso es tu
amor para con nosotros.
Tan lejos como está el
oriente del ocaso,
así alejas de nosotros
todas nuestras rebeldías.
- Como un padre y una madre
sienten ternura por sus hijos,
así sientes ternura por
nosotros,
porque Tú nos conoces
enteramente,
y sabes que somos tan
frágiles como el barro.
- Bendito seas, Jesús, el
Amigo de los niños y de los pobres,
de las mujeres, de los
enfermos y de los extranjeros,
de los extraviados y
pecadores:
Dame un corazón lleno de
compasión
para que pueda ofrecer a
otros
el mismo amor que Tú
derrochas conmigo.
- Bendito seas, Jesús, que
nos recreas y nos haces nuevos.
Como un alfarero, pones
sobre mí tus manos
y modelas mi corazón a tu
imagen
para que sea enteramente
tuyo.
Gracias porque no me
juzgas, porque me miras con bondad,
porque, como a la mujer
adúltera,
me das la oportunidad de
comenzar otra vez
y estrenar vida
nueva.
2. La mujer adúltera
Mientras
enseñabas
en el primer aire de la
mañana,un tumulto de cacería
se fue acercando excitado
por la explanada del templo.
Arrastraban a una mujer
sorprendida en adulterio
en la noche confundida (Jn 8,1-11).
¿Dónde estaba el
varón?
Mirando desde la ley,no había salida alguna,
y tú también estabas cercado
con la mujer encogida.
Pero el amor, cuando mira,
en las murallas de piedra
siempre descubre puertas
que se abren hacia la vida.
Con tu pausa de silencio
abriste otro universo.
Dibujabas en el suelo
como el dedo de Yahveh
en las piedras de Moisés,
y con una sola propuesta,
Desarmaste los puños
cerrados
con las piedras del crimen:
“El que esté libre de
pecado,con las piedras del crimen:
que tire la primera piedra”.
En el encuentro
contigo,
la mujer
liberó a los varones,
amos de la sociedad;
la condenada
liberó a los jueces,
dueños de la vida y de la muerte;
a adúltera
liberó a los justos
según las leyes del templo.
Los hombres,
los amos,
los justos,
fueron dejando caer al suelo
las piedras de la muerte
que llevaban dentro
y se alejaron en el silencio
del primer día del mundo.
La mujer,
la condenada,
la adúltera,
quedó sola y renacida
ante tu mirada creadora,
en el centro de la libertad,
estrenando el corazón
y un nuevo tiempo de vida.
la mujer
liberó a los varones,
amos de la sociedad;
la condenada
liberó a los jueces,
dueños de la vida y de la muerte;
a adúltera
liberó a los justos
según las leyes del templo.
Los hombres,
los amos,
los justos,
fueron dejando caer al suelo
las piedras de la muerte
que llevaban dentro
y se alejaron en el silencio
del primer día del mundo.
La mujer,
la condenada,
la adúltera,
quedó sola y renacida
ante tu mirada creadora,
en el centro de la libertad,
estrenando el corazón
y un nuevo tiempo de vida.
Y en ti, Jesús de
Nazaret,
liberado también del cerco,
brilló para todo el
puebloliberado también del cerco,
la ternura eterna del Padre.
Benjamín González Buelta, sj
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Autora: Conchi Lòpez, pddm
(España) · Lectio Divina equipo pddm
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